martes, 5 de diciembre de 2006

LOS JUEGOS DEL JURADO, de Dorothy Eileen Brandon



PERSONAJES

LA OBSERVADORA.
EL JURADO:
EL MEDICO, seco; irascible.
EL PSIQUIATRA
LA MUJER
LOS SOLICITANTES:
LA SEÑORITA COLES, de mediana edad, abatida.
LA SEÑORA THORPE, ama de casa, vulgar.
LA SEÑORA MEADE, abuela.





IMPORTANTE

Esta obra tiene lugar “en un tiempo futuro” y tiene la intención de levantar polémica en lo social, ético y sobre los problemas religiosos que pudieran surgir si la eutanasia se legalizara. Los tres solicitantes representan a un egoísta, un frívolo y un generoso - todos los tipos de personas que pudieran presentarse ante tal jurado si existiera.

EL MEDICO y EL PSIQUIATRA pueden ser representados por mujeres si es necesario ó si se prefiere. Sus diálogos podrán ser fácilmente alterados para recoger estos cambios.
Grupos de arte dramático pueden improvisar sus propias solicitudes, si lo desean. Si lo hacen, deberán tener en cuenta las posibles reacciones del jurado. Y deberán representar estas improvisaciones antes de la aparición de LA SEÑORA MEADE.
(El Médico, El Psiquiatra y La Mujer están sentados a la mesa. Detrás de la mesa, muy a mano, hay unos estantes con archivos o ficheros. Hay un timbre encima de la mesa que suena en la habitación contigua. También hay bolígrafos y papel encima de la mesa para el jurado. La Observadora está sentada en una silla algo apartada de los otros, con lo que a primera vista La Observadora parece estar fuera de la acción. Hay una “tribuna tipo barra de testigos” elevada en una tarima y amueblada con una silla de respaldo alto.)

La Mujer (cerrando un fichero en el que ha estado escribiendo y que coloca en un estante). Pobre hombre ... Esperemos que tenga más suerte el año que viene ...

(La mujer coge otro archivo y mira el nombre de la tapa)

“Elaine Coles, Señorita ...”. Ah sí, Ya recuerdo ...

(Pulsa el timbre)

He leído su historial dos veces esta mañana, y todavía no puedo decidirme.
El Médico (Irritado). Quizá sea preferible. Nuestra función es verlos primero ... .
La Mujer. Lo que quería decir es cómo enfocar el caso, por supuesto. No cómo decidir ... .
El Médico. Sí. Venga, sigamos con ello, vale?
El Psiquiatra (Que ha ojeado rápidamente el fichero). Ah sí. Esta. Parece venir cada primavera. Se le da un sedante suave ... . Y vitaminas. Durante dos años consecutivos ha rehusado abiertamente a asistir a una clase de terapia de contacto... . Bueno, quizá yo pueda persuadirla.
La Mujer (Pulsa el timbre de nuevo). ¿Es que esto no funciona?

(La Señorita Coles entra, con un aspecto desaliñado y cansino)

¡Hombre, ya está Vd aquí. Siéntese, por favor ...

(Le indica la tribuna)

Señorita Coles (Entrando a la tribuna y de pie delante de la silla). Preferiría quedarme de pie.
El Psiquiatra. Como quiera, claro ... ¿Pero no estaría más cómoda sentada?
Señorita Coles. Estoy acostumbrada a estar de pie. Estoy de pie todo el día. Y cuando no estoy de pie estoy corriendo escaleras arriba, escaleras abajo. Siete días a la semana. Cincuenta y dos semanas al año, año tras año ... .
El Psiquiatra. Entonces ¿no sería un cambio agradable sentarse un rato?
Señorita Coles. Si me siento es el fin. No me volvería a levantar.
El Psiquiatra. Mm ... Señorita Coles, según su ficha ésta es la cuarta vez que se presenta ante un jurado. Parece ser que en las dos últimas ocasiones no cooperó Vd. demasiado. Dígame ¿Ha cambiado algo desde entonces?
Señorita Coles. Pues claro que ha cambiado. Soy un año - dos años más vieja. Estoy más cansada. Ella también es más vieja ... Pero no está cansada, créame. ¿Cómo iba a estarlo? Tumbada todo el día conmigo a su entera disposición. Tumbada ahí como una araña enorme. Arrojando cosas. Tirándome la comida. (Su voz se hace más estridente)... Sabe que me sacrifico para que ella pueda tener lo mejor. La mejor chuleta, la mejor habitación ... Lo mejor de todo.

(Justo en ese momento se hunde en la silla)

El Médico (Bruscamente). ¿Ha empeorado el estado de su madre desde el año pasado? ¿Pérdida de visión? ¿Pérdida de audición? ¿Falta de concentración? ¿Insomnio agudo?
Señorita Coles (Recuperándose ligeramente). Tiene los ojos de un halcón, come como un caballo, duerme como un tronco (El Psiquiatra esconde una sonrisa ante tal descripción) .... Ronca todo el día y me tiene despierta toda la noche. Soy yo la que se está volviendo loca, no ella ... yo ... . Quiero gritar sin cesar. Hasta mi piel quiere gritar. ¿Sabe Vd. lo que es eso? Ser un puro grito, una gran masa que es un puro grito ... (Vuelve de nuevo a su ritmo)
El Psiquiatra. De acuerdo, Señorita Coles, tómeselo con calma ....
Señorita Coles. No me diga Vd. a mí, ahí sentado, que me lo tome con calma. ¿Qué sabe Vd. de todo esto? ¿Qué sabe ninguno de Vds de esto?
El Médico. Le recetaré un calmante suave .... Y unas vitaminas. Y si su madre duerme todo el día, ¿no podría Vd. hacer lo mismo durante un par de horas mientras tanto?
Señorita Coles. No puedo dormir de día. No puedo dormir de noche. No puedo dormir a ninguna hora. estoy demasiado agotada. Demasiado rendida subiendo y bajando esas malditas escaleras todo el día. Y no me pida que baje la cama a la planta baja, porque no quiere. Dice que no es natural. No quiere, y punto.
El Psiquiatra. Venga, señorita Coles. ¿Una ancianita de casi ochenta años? ¿No se lo permite? Estoy seguro de que si se lo plantea con tacto ....
Señorita Coles. No es una ancianita. Es un monstruo ... (Con tristeza) ... Yo soy la ancianita. Míreme. ¡Venga, míreme! ... (Se ríe débilmente)... Debo ser la ancianita más joven del mundo.
El Médico (Tratando de tranquilizarla). Señorita Coles, a mí me parece que tiene el aspecto de una mujer de mediana edad perfectamente normal.
Señorita Coles. Se lo parezco ¿Sí? ¿Sabe Vd. cuantos años tengo? Cuarenta. No cincuenta y cinco .... Ni siquiera cincuenta .... Cuarenta .... Eso es todo.
El Médico. Bueno, estoy seguro que unas cuantas pastillas de hierro lo corregirán .... Sabe, su solicitud fue rechazada el año pasado, y parece que sus circunstancias han cambiado poco o nada desde entonces. Mucho me temo ...
La Mujer ( Interrumpiendo). Hay un asunto que quiero resaltar ... ( El Médico suspira. El Psiquiatra asiente con la cabeza.) ... Señorita Coles, ¿Podría esperar fuera un momento?
Señorita Coles (Levantándose cansadamente). No será mucho ¿no? Está sola.

(Va hasta la puerta)

... Nadie más se quiere quedar con ella ... ya no.

(La Señorita Coles sale)

El Médico. Sea rápida, por favor .... Aunque no veo que nada pueda alterar ....
La Mujer. Es simplemente que parece estar ... Bueno ... casi al límite de sus posibilidades ....
El Médico (Enfadado). Lo que Vd. no parece comprender es que los jurados de eutanasia no se establecieron para ayudar a gente como Coles a deshacerse de molestias crónicas con las que tienen que cargar.
La Mujer (Rápidamente). Lo sé. Lo entiendo perfectamente. ¿Pero no podríamos encontrarle a la madre una plaza en una residencia para estancias breves? (El Médico mueve la cabeza ).... ¿Ni siquiera para una o dos semanas? ¿Sólo para aliviarla un poco?
El Médico. Mire, Hemos debatido todo esto con anterioridad. Permítame que se lo repita. Ninguna esperanza. Hay una lista de espera de un kilómetro. La madre tendría que tener al menos noventa años y estar crónicamente enferma antes de que siquiera se le pudiera incluir en las listas. Según la ficha, esa anciana está como un roble.
La Mujer. Entonces debe estar mentalmente enferma, eso es todo lo que puedo decir. Nadie en su sano juicio se quedaría en la cama todo el día atormentando a su hija.
El Psiquiatra. Montones de ancianas y ancianos en su sano juicio hacen exactamente eso. Es su forma de hacerse la vida más emocionante .... Estimula la adrenalina ... Recuerdo un caso que tuve hace unos años ...
El Médico (Interrumpiendo). ¿Podríamos por favor continuar?
El Psiquiatra. Lo siento. Pues, desde mi punto de vista, si pudiéramos establecer por qué Coles eligió el papel de mártir desde el principio .... Sí ... ¿quizá podríamos enfocarlo por ahí?
La Mujer. Es ahora cuando necesita ayuda. Seis meses en su diván no cambiarán nada en absoluto. Al final del proceso su madre seguirá estando ahí ¿ó no?.
El Psiquiatra. Si pudiéramos ayudarle a entender por qué eligió este particular papel en la vida ....
La Mujer (Interrumpiendo). ¿Por qué debemos suponer que lo eligió? ¿Por qué no podría haber sido impuesto? Tiene dos hermanos que nunca han movido un dedo .... (Enfadada) ... Todos los adelantos de los setenta y los ochenta y siguen siendo las hijas las que se supone que tienen que cuidar ....
El Médico. Sólo estamos perdiendo el tiempo. La respuesta es no. Vamos ... Tengo consulta dentro de media hora.
El Psiquiatra. Pues bien. Se me antoja que Coles es un tipo de persona que necesita sufrir. Quítale a su madre y le habrás quitado su razón de vivir. Entonces es “No”. ¿Quizá podría sugerir terapia de contacto otra vez? (El Médico parece irritado) ... Quizá no.
La Mujer. Sufrirá un verdaero ataque de nervios....
El Psiquiatra. No es el tipo. Hágale entrar, por favor ..
La Mujer. Espero que tenga razón.

(Llama al timbre)

El Médico. Esperemos que todos tengamos razón ...

(La Señorita Coles vuelve)

... Siéntese, por favor.

Señorita Coles. Ya se lo dije. Prefiero estar de pie.
El Médico. Muy bien. Señorita Coles, me temo que hemos tenido que rechazar su solicitud. Por supuesto que si lo desea podrá volver a solicitarla el año que viene.
Señorita Coles. Estaré muerta para entonces.
La Mujer. Oh no .... No debe hablar así.
Señorita Coles. O ella ó yo. De una forma u otra me aseguraré de ello.
La Mujer. Tomarse la justicia por su mano .... Es un delito.
Señorita Coles. ¿Y qué? Mi vida es un largo castigo de todas formas.
La Mujer. Y su conciencia ¿qué?
Señorita Coles. ¿Conciencia? ¿Por qué iba a tener conciencia? ¿Vds. tienen conciencia cuando dicen sí? Claro que no. Sólo somos historiales para Vds., ¿verdad? Historial Número Uno, Sí; Historial Número Dos, No; Historial Número ....
El Médico (De pie con una receta en la mano). Su receta, Señorita Coles ... Estoy seguro que será de gran ayuda ....
Señorita Coles (Arrebatándole la receta y rompiéndola). Ya se lo dije, no quiero sus malditas pastillas. Además, ya lo he decidido. O ella o yo ... (pausa) ... Y si soy yo, ¿entonces quién cuidará de ella, eh? Ah sí, los asistentes sociales vendrán rápidamente ¿verdad? Y no les dirán no a ellos ¿no? (Su voz se hace más estridente) ... ¿Eh?
La Mujer (Tratando de apaciguarla). Puede solicitarlo otra vez el próximo año, y quizás ...
Señorita Coles. ¡No gracias! Tengo otras ideas .... Y no incluyen presentarme delante de tres imbéciles a los que les importa un bledo. ¿Qué tienen Vds. de bueno, me gustaría saber? ¿Por qué no montan ordenadores en vez de jurados y ahorran esos valiosos minutos que malgastan en gente como yo? .... ¿O una lotería?.... ¿Qué tal una lotería?.... Dennos boletos a todos.

(El Médico se mira el reloj)

... Me perdonarán por hacerles perder su valioso tiempo ¿no?

( Va hasta la salida y se gira para lanzar su último disparo)

Se mueren por salir ¿Verdad?.... ¿A algún lugar emocionante?.... Dedíquenme un pensamiento mientras disfrutan ¿Lo harán?

(La Señorita Coles sale)

La Mujer. Pobre mujer.
El Psiquiatra. No se preocupe tanto. Coles no es el tipo suicida, no mataría a su madre a golpes.

(Se levanta y se estira)

.... Me suele dar un peculiar calambre en la pantorrilla izquierda cuando llevo sentado mucho tiempo.

(Da unos pasos cojeando)

¿.... Piensan que necesito más sal en mi dieta?.... O quizá tenga que ver con ...
El Médico (Interrumpiendo). Si quiere un diagnóstico ya sabe dónde está mi consulta. Ahora ¿Podríamos continuar, por favor?
El Psiquiatra. Moverse un poco ayuda ....

(Se vuelve hasta la silla cojeando)

¿....Quién es el siguiente?

La Mujer (Cogiendo el siguiente archivo tras colocar el de Coles). ¡Oh Dios! Olvidé que nos tocaba hoy. Mercedes Thorpe ....

(Sus expresiones en blanco)

¿... Se acuerdan? Cuando comentamos su historial no podíamos entender cómo se nos había colado .... Ha estado en la lista negra durante años.
El Médico. ¡Ah, ella! Supongo que tendremos que atenderla. Bueno, si es la misma historia de siempre, anote su nombre para que vuelva a la lista negra, por favor. Creía que habíamos completado el cupo de locos por esta semana ...

(El Psiquiatra se estremece)

... Lo siento .... Olvidaba que el término le parece ofensivo. Que entre, pues, para que podamos terminar cuanto antes.

(La Mujer pulsa el timbre)

Al menos no nos llevará mucho tiempo.

(La Señora Thorpe entra, se dirige directamente a la tribuna y se acomoda a su gusto)

Señora Thorpe (Irradiando felicidad). Caló pal tiempo en que estamos ¿no?
La Mujer. ¿Y qué podemos hacer por Vd. esta vez, señora Thorpe?
Señora Thorpe. ¿Esta vez?... (Mira alrededor)... ¿He estao aquí antes pues? Aunque tós paicen igual ¿no? Bueno, pues si he estao aquí antes, ya me conocen.
El Psiquiatra. Refresque nuestras memorias, señora Thorpe.
Señora Thorpe. Tengo buena cabeza pa los sitios, y no creo que ....
La Mujer. Sólo quise decir que había estado ante un jurado .. er.. en varias ocasiones. Tengo su ficha aquí ....

(Da unos golpecitos sobre su ficha)
Señora Thorpe. Me tienen apuntada en su librico, ¿eh? Una lectura interesante ¿no?
El Médico. Señora Thorpe ¿Podría resumir su caso con brevedad?
Señora Thorpe. Me puede llamar Mercedes, si quiere. Bonito nombre ¿no? Diferente.

(El Médico se mira el reloj, y La Señora Thorpe mira con cara de reproche)

Son esactamente las cuatro y media y he estao esperando más de una hora ....

(Se acomoda todavía más confortablemente en el asiento)

... Bueno, ¿cual de Vds. es el loquero?
El Psiquiatra. Yo soy el psiquiatra, señora Thorpe.
Señora Thorpe. Mercedes. Bueno, es más amistoso ¿no? Así que es Vd. ¿eh? No tiene Vd. pinta de trabajar en un manicomio.
El Psiquiatra. Le aseguro que estoy plenamente cualificado ....
Señora Thorpe. No quería ofender, se lo aseguro. Es que todos los otros paicían un poco taraos.
El Médico. Señora Thorpe, por favor podría ....
Señora Thorpe (reprendiéndole con unos movimientos del dedo). Mercedes.
El Médico. Mercedes ¿Podría Vd. ir al grano?
Señora Thorpe. Bien. Es mi marido. Es un esquizofréntico paranoico ....

(El Jurado se queda bastante sorprendido)

Es un loco, pirao, chiflao ....

(Se señala su propia cabeza)

El Psiquiatra. Er ... ¿Qué le hace pensar que su marido es un ... un esquizofrénico? ¿Qué hace exactamente?
Señora Thorpe. ¡Qué no hace, querrá Vd. decir!
El Psiquiatra. Según su ficha a su marido se le examinó hace cuatro años y se llegó a la conclusión de que no era más que ligeramente excéntrico. Excéntrico. Sabe lo que quiere decir ¿verdad?
Señora Thorpe (Alegremente). Sí. Tarao. Y además eso fue hace cuatro años. Ha empeorao desde entonces. Además, son vivos ¿verdad? No tiene Vd. idea qué vivo es. Viejo cabrón. Está chiflao, ya se lo digo. ¿Le gustaría que alguien se pondría delante cada vez que vería la tele? Y está peor desde que cambiamos a uno de esos aparatos de tres dimensiones. Los primeros de la calle ... (Se para) ... Oiga ¿Los ha visto? A veces se pasan eh, sobre todo cuando empiezan a darse vueltas en la cama. De verdad, a veces parece que te van a meter un maldito pie en la boca. Todos los vecinos entran. Son Vds. bienvenidos, sí. Tienen mi dirección.
La Mujer. Er .. sí. Gracias de todos modos, pero ...
Señora Thorpe. Me harían un favor. No lo hace cuando tengo visitas.
El Psiquiatra. ¿Hacer qué, exactamente?
Señora Thorpe (Irritada). ¡Ya se lo he dicho! Se pone delante. Cuando estoy viendo la tele. De espaldas. Mirándome. A veces parece un fantasma, da miedo. Bueno, no es normal ¿no?
El Psiquiatra. Señora Thorpe ... lo siento, Mercedes ... ¿Se le ha ocurrido alguna vez que pudiera estar pidiendo un poquito de atención?.... ¿Que podría estar celoso de la televisión?
Señora Thorpe. Oh J.... Uy! ¡Casi digo una palabrota! ¿Celoso? Le importa un comino. No. Sólo quiere fastidiar. Intentando echarme para poder quedarse solo en casa .... (Se detiene de forma dramática).... Para poder practicar sus oscenidades.
El Psiquiatra. Er .. sí. ¿Qué tipo de prácticas obscenas, exactamente?
Señora Thorpe (Triunfante). ¡Magia negra!
El Psiquiatra. Magia negra ¿eh? ... ¿Podría darme un ejemplo?
Señora Thorpe. Ya se lo he dicho, es muy vivo. Nunca le he pillao, pero he visto los restos. ¿Y dónde está ahora nuestro gato, eh? Sacrificao, eso es lo que la pasao. El no era un gato callejero ... Le encantaba su casa, pobre michino.

(El Jurado no está convencido, y dándose cuenta de ello, La Señora Thorpe juega su última baza)

... Y lo que es más, se está poniendo violento.
El Médico (Mostrándose repentinamente interesado). ¿Violento, dice? ¿Quizá nos podría enseñar algún moretón?
Señora Thorpe (De mala gana). Bueno, todavía no ma pegao. Pero conozco esa mirada. Un día destos lo hará.
El Médico. Señora Thorpe, está Vd. haciéndonos perder el tiempo. ¡Cómo pudo conseguir presentarse delante de otro jurado, nunca lo entenderé! Gente como Vd. utilizan un tiempo que podría ser valiosísimo para ayudar a gente verdaderamente necesitada. Es Vd. una desconsiderada. Váyase ya, por favor. Márchese y trate de comportarse como un ser humano razonable.
Señora Thorpe. ¡Ooooh! ¿Quién sa levantao esta mañana con el pie izquierdo? ...
(Se levanta y se estira la ropa)

... Bueno, merecía la pena intentarlo. Sigue intentándolo, ese es mi lema. ¡Nunca te rindas!

(Va hasta la salida)

Nunca te rindas. Joé, qué chiste, en un lugar como éste.

(Sale)

El Médico. ¡Qué mujer tan monstruosa!
El Psiquiatra. Oh venga .... No puede evitar ser tonta.
El Médico. Esa caricatura de un ser humano me ha dado un dolor de cabeza horrible ....

(Se levanta y deambula con las manos presionándose las sienes)

A este paso no podré terminar el día.

(El Psiquiatra estudia los apuntes que El Médico tiene sobre la mesa)

¿Alguien tiene una aspirina?

(El Psiquiatra y La Mujer dicen que no con la cabeza)

... ¿Cuántos nos quedan para terminar?
El Psiquiatra. Interesante. Muy interesante.

( Mirando al Médico que ha dejado de deambular)

... Parece tener estos dolores de cabeza con bastante regularidad ¿Verdad?
El Médico. Bastante .... (Suspicazmente) .... ¿Por qué?
El Psiquiatra. No, nada. Pura curiosidad. Sus garabatos. Extraordinarios. Francamente notables.
El Médico (Cogiendo el papel de la mano del Psiquiatra y colocándolo donde estaba) .... ¿Qué tienen de extraordinario?
El Psiquiatra. Pues, Doctor, si quiere un diagnóstico, ya sabe donde está mi consulta.
El Médico (Sentado). Infantil.
El Psiquiatra. Exactamente. A propósito ¿Quién es el siguiente? Alguien rapidito espero ... (al Médico) ... Yo, en su caso, me olvidaría de volver a poner a nuestra Mercedes en la lista negra. Dios sabe que estos jurados necesitan un ligero alivio ... (a La Mujer) No me mire con esa cara de sorpresa. No era para tomárselo en serio ...

(La Mujer escribe en el archivo, lo coloca en su sitio y coge otro)

El Médico. Disponemos de suficiente poco tiempo para cada solicitante sin perderlo en trivialidades. ¿Podríamos continuar, por favor?
La Mujer. El siguiente caso es la hija de la señora Meade. No creo que solucionemos este caso tan rápidamente. Por eso lo dejamos para el final ¿Recuerda?
El Médico. El último. Gracias a Dios. La hija de la señora Meade. Me suena. Hágame un resumen rápido, por favor. Este dolor de cabeza parece afectar mi memoria.
La Mujer. Solicitante, Señora Jane Meade. Cincuenta y tres años de edad. Su marido murió hace siete años. Su hija, una colegiala, se quedó embarazada pronto después. Se lo contó a su madre demasiado tarde como para acudir a una práctica de aborto ...

(Baja el fichero)

... No me diga que cualquier madre no se hubiera dado cuenta mucho antes .... (Ve la cara del Médico) ... Lo siento. El bebé nació con grandes deformidades físicas, externas e internas.
El Psiquiatra. Sí. Aunque sin daños en el cerebro, sorprendentemente.
La Mujer. Su hija, todavía en edad escolar, se suicidó .... Se amonestó a las autoridades hospitalarias por falta de supervisión ....
El Médico. Sólo las líneas generales, por favor.
La Mujer. La Señora Meade insistió en quedarse con el bebé. Se le avisó que cualquier operación sólo tendría un éxito parcial y que sería mejor dejar que el bebé muriera ... Que es lo que hubiera sucedido como mucho en unas semanas. La Señora Meade ..
El Médico. De acuerdo. Es suficiente. Ya recuerdo su caso. Hace seis años esta mujer .. er ... La Señora Meade estaba convencida de que quería quedarse con el bebé, en contra de toda indicación médica. Y ahora ha cambiado de opinión, pues ...

(La Mujer pulsa el timbre)

... Si lo ha soportado durante seis años no veo por qué no puede seguir haciéndolo.
La Mujer. Los niños crecen. Y las mujeres envejecen ...

(La Señora Meade entra)

... Hola, Señora Meade. Siéntese ahí, por favor ...

(La Señora Meade se sienta en la tribuna)

El Psiquiatra. Bien. Ahora se relaje. ¿De acuerdo? Hay un par de preguntas que nos gustaría hacerle. No hay nada que temer.
Señora Meade. Contestaré cualquier pregunta lo mejor que pueda.
El Médico. Bien. Bueno. Esa es la idea. ¿Qué tal está Vd. últimamente?
Señora Meade. Muy Bien, gracias.
El Médico. Y ¿Cómo está ... um ... er ... Carol?
Señora Meade. Con un tubo en la parte posterior de la cabeza y bolsas entre ...
El Médico (Interrumpiendo). Sí ... Sí ... Tenemos todos los detalles ... Lo que quería saber era si ... ¿Ha empeorado su estado últimamente?
Señora Meade. No. ¿Por qué iba a hacerlo? Pasa por una operación todos los años para mantenerla en condiciones ... Le tienen que hacer otra dentro de tres meses. Aunque no ... Creo que no puedo decir que su estado se esté agravando.
El Médico. Entonces, de hecho, no está peor de lo que estaba ... ¿Por ejemplo, hace un par de años?
Señora Meade. No. Peor no.
El Médico. Entonces dígame, Señora Meade ¿Qué le ha hecho cambiar de opinión después de todos estos años?
Señora Meade. Tendría que vivir los seis años que yo he vivido para comprender que .... No, no pretendía que sonara a queja ... Han sido unos de los años más gratificantes de mi vida. Quiero decir que tendría que vivir la misma experiencia para poder llegar a la misma conclusión.
El Psiquiatra. Intente describirnos algunas de esas experiencias.
Señora Meade. Todo ello está en mi solicitud.
El Psiquiatra. Soy consciente de ello, Señora Meade, pero nos gustaría oírlo en persona.
Señora Meade. Hace seis años trataba de agarrarme a la única cosa que me quedaba. Había perdido a mi marido. Había perdido a mi hija. Lo que estoy tratando de decir es que fui totalmente egoísta.
El Médico. Y ahora está siendo ... Totalmente generosa. ¿Es eso?
Señora Meade. Sí.
El Médico. ¿Ser generosa consiste en quitarle la vida, que Vd. insistió que tuviera, a una niña de seis años, en contra de todos los consejos, debo añadir?
Señora Meade. Sí.
El Médico. ¿Y además su estado no está empeorando?
Señora Meade. No.
El Médico. Lo siento, pero no entiendo su razonamiento. ¿A no ser que sea que Vd. no pueda con ello, mental o físicamente?
Señora Meade. Sí que puedo.
La Mujer (Amablemente). Cuéntenos de Carol.
Señora Meade. Carol es bella. Bueno, no me refiero a su físico claro, aunque cada una de sus partes es preciosa para mí .... Tanto que cuando la gente pone mala cara me resulta imposible mirarla con sus ojos. Pero es verdaderamente bella en otros aspectos ... Cariñosa, amable, inteligente y sensible. Todo lo que desearíamos ser ... Excepto feliz. Es desesperadamente infeliz.
El Psiquiatra. Perdone, Señora Meade, pero no hay niño que sea cariñoso y amable y a la vez desesperadamente infeliz. Sencillamente no concuerda ¿No le parece? ¿Me permite sugerirle que podría estar pasando una mala racha? A menudo sucede en niños de seis o siete años, sabe ....
Señora Meade. No. Carol no está pasando una mala racha. Si la estuviera pasando ¿No cree que la reconocería? Desde que nació la he alimentado, lavado, cuidado y enseñado. Le he dedicado mi vida y le estoy diciendo que es tan profundamente infeliz como podría serlo cualquier adulto. Es una niña muy inteligente y se da cuenta que es distinta. No la puedo proteger de ese conocimiento ahora que ya no es un bebé. Ella sabe que es distinta .... Y que siempre será distinta.
El Psiquiatra. No. Nunca aceptaré que un niño de seis años sepa que siempre será diferente.
Señora Meade. De cualquier modo, es verdad. Las últimas tres operaciones ... Ve cómo los otros niños abandonan el hospital curados ... o al menos mejorados ... Pero Carol ... abandona el hospital igual que como entró ... Ni siquiera igual ... peor, porque se lleva otra cicatriz física y mental. Oh Dios, ¿Es que no lo entiende? Es su infelicidad lo que no puedo soportar. No la mía ... Esa no importa ... Pero la suya ... Y todo por mi culpa ... Todo por mi egoísmo.
La Mujer. Pero Vd. debió saber que Carol no sería siempre una niña. Que habría problemas. Vd. debió saberlo. Dice aquí en su ficha, “La Señora Meade ha sido debidamente informada de los problemas que le aguardan en relación con la posibilidad de operaciones futuras .... “
Señora Meade. Operaciones reparadoras ... Eso es lo que se me dijo ... No cirugía grave, ni semanas de dolor, ni tratamientos que producen nauseas ... Ni tampoco se me dijo nunca que a tantos otros niños como Carol sólo los mantenían vivos a base de operaciones milagrosas, que las plazas en colegios especializados ya estaban completas hacía años.
El Médico. Señora Meade, a Vd. se le dio una elección.
Señora Meade. Sólo soy humana. Por supuesto que elegí como lo hice. Nunca se me debió haber dicho que había una elección.
El Médico. Vd. es una mujer inteligente. Claro que se le debió decir. ¿No consideraría Vd. inmoral que todas las elecciones de esa naturaleza tuvieran que tomarlas los médicos? El progreso siempre conlleva mayor responsabilidad .... ¿Por qué no aceptará eso la gente?
Señora Meade. Porque Vd., y gente como Vd., proporcionan los milagros - y no consultan a la gente, ¿Así que por qué tienen que entender? Vds. mantienen vivas a las personas más allá de lo que por naturaleza corresponde .....
El Médico. ¡Por favor, Señora Meade! En la edad media la esperanza media de vida creo que era de treinta y cinco años. Sin duda se consideraba que cualquiera que viviera hasta los cincuenta se había quedado más tiempo de lo conveniente ....
Señora Meade (Abandonando la tribuna). Me está interpretando mal a propósito. Lo que quiero decir es que hoy en día la ciencia puede prolongar la vida más allá de su utilidad normal. Bien sean niños como Carol ó ancianos y seniles. Y sin duda, Doctor .... Vd. es el Doctor ¿Verdad? ... Sin duda indicará que conoce varios centenarios saludables y alerta. Por cada uno que Vd. me indique yo le podré enseñar una docena cuyas vidas son una miseria .... Que se agarran a esos años extra no porque amen la vida sino porque temen la muerte. No había jurados como éste hace veinte años. Su misma existencia corrobora mi argumento. ¿Qué más pueden hacer con esas medias - vidas con las que tienen que cargar?... Aparte de organizar jurados para librarse de ellas, suavemente, sí, humanamente sí ... No tengo quejas al respecto. Jurados de eliminación de basura para todos esos desechos que tan orgullosamente han conseguido acumular ... ( Se detiene) Oh Dios mío, lo siento - No quería perder el control. Amo a Carol .... Nunca podrán entender cuánto .... Pero no puedo seguir permitiendo su sufrimiento. Miren, me arrodillaré ante Vds. - cualquier cosa, cualquier cosa ...

(Se arrodilla)

La Mujer. Señora Meade ... sí que lo entendemos .... De verdad que sí .... Por favor levantese, por favor.

(Ayuda a la Señora Meade a ponerse en pie)

El Médico. ¿Hay alguna otra pregunta que mis colegas quisieran hacer?...

(La Mujer y El Psiquiatra dicen que no con la cabeza)

... Señora Meade, ¿Podría salir fuera un momento? ... Y tómese un vaso de agua mientras espera.

Señora Meade (Mientras alcanza la salida, ayudada por La Mujer). Por favor .....

(Sale)

El Médico (Después de una pausa de unos segundos). Es una mujer perfectamente saludable y, en mi opinión, más que capaz de cuidar de la niña al menos durante otros cinco años.
La Observadora (Levantándose de la silla con nerviosismo). ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Porque tiene dolor de cabeza? ¿Porque no le gustó lo que dijo? Le hizo sentirse mal ¿Verdad? Dios mío, no está pidiendo nada para ella. Se supone que es Vd. Médico .... ¿No sabe lo que esos niños tienen que sufrir?
El Médico. Siéntese inmediatamente. Vd. conoce la ley tan bien como yo. Esta semana es tan sólo una observadora y bajo ningún concepto puede participar en las deliberaciones ....
La Observadora. No puedo permanecer aquí sentada escuchándole por más tiempo. Es inhumano. Esa otra mujer .... Esa señorita Coles .... tenía razón. Bien podría insertar todos los datos en un ordenador .... Se conseguirían respuestas mucho más justas, maldita sea ...
La Mujer (Intentando empujar a La Observadora hasta su silla).
¡Por favor! Por favor siéntese ....

(La Observadora se sienta)

... Sólo habrá problemas ....
El Médico (Con paciencia exagerada). ¿Podríamos continuar ya?
La Mujer. Me gustaría decir algo, por favor. Supongo que no va a hacerles cambiar de opinión pero en la conferencia preliminar se dijo que siempre debiéramos considerar qué utilidad podrían prestar los solicitantes a la comunidad si se les liberara de su ... carga. La Señora Meade abandonó su trabajo de profesora en el Politécnico para poder cuidar de Carol. Sin duda sería más útil si volviera ....
El Médico. No hay carencia de profesores en ninguna asignatura en estos momentos .... No la ha habido en años .... Consecuentemente parece ser que su observación es irrelevante .... Y por favor siéntese.
La Mujer (Volviendo a su asiento). Me gustaría saber qué tipo de solicitante consigue un “Sí” de Vd. Rechaza a todos. Esto no tiene ningún sentido.
El Médico (Cansado, aunque por primera vez mostrándose humano). No, no tendrá sentido para Vds. porque Vds. siempre piensan que la respuesta debiera ser “Sí”. Yo soy médico. Mi trabajo es salvar vidas, y el noventa y nueve por ciento de las veces creo que la respuesta debe ser “No”.
La Mujer. Entonces no debería formar parte de un jurado si prácticamente ha decidido ya la respuesta antes de escuchar lo que la gente tiene que decir.
El Médico. Mucho me temo, querida mía, que mi colega y yo no tenemos elección en el asunto. Antes de graduarnos tenemos que firmar una declaración que dice que tomaremos parte en un jurado por un período de un año. ... En cualquier momento de nuestra carrera profesional .... Sin firma, no hay licenciatura .... Es así de simple. Sólo un hombre o una mujer decididos estarían dispuestos a tirar por la ventana todos esos años de estudio. La mayor parte de nosotros espera que nuestro turno nunca llegue ... ó que se cambie la ley. A los veinte y cuatro años somos tremendamente optimistas. Y si puedo personalizar, el tercer miembro de un jurado generalmente siente como Vd. ... Que la respuesta debiera ser siempre “Sí”.... Así que quizás yo esté restableciendo el equilibrio un poco. Ahora quizás podríamos escuchar a nuestro colega.
El Psiquiatra. Una personalidad muy equilibrada. Capaz de ajustarse a la mayoría de las situaciones en una ....
El Médico (Volviendo a su habitual carácter irascible). ¿Se ha decidido ya o no?
El Psiquiatra. Si la criatura hubiera sido subnormal no lo hubiera dudado, teniendo en cuenta su considerable sufrimiento físico ....
El Médico. ¿Sí ó no?
El Psiquiatra. Lo siento (A La Mujer) ... Tiene que ser “No”.
La Mujer (Con calma). Que seáis perdonados.
El Médico. Dos noes. Así que ya está .... (A La Mujer) ...
Hágale volver a entrar ....

(La Mujer no hace mención de pulsar el timbre)

Venga, no lo compliquemos más ....

(El Médico pulsa el timbre)

La Mujer. Yo no se lo puedo decir .... Se lo tendrá que decir otro ....
Señora Meade (Entra escrutinando todas las caras). Creo que sabía que sería “No”.
La Mujer. Lo siento .... Lo siento tanto.
Señora Meade. ¿Lo siente?.. Sí, Vd. puede que sí ...

(Todavía de pie mirándoles)

El Psiquiatra. Claro que podrá volver a solicitarlo el año que viene.
Señora Meade. Gracias. Lo haré.
El Psiquiatra. Ya puede irse, Señora Meade. Y pienso que con el tiempo aceptará la decisión.
Señora Meade. Quizás ....

(Se dirige hacia la salida)

La quiero tanto, y eso significa que al menos la tendré un año más. Sí. Puede que incluso esté contenta de que no estuvieran de acuerdo con la única cosa generosa que intentaba hacer ....

(Sale)

El Médico (Levantándose y recogiendo sus cosas). Me voy volando ó perderé mi cita. ¿Se responsabilizaría alguien de cerrar esta noche? Ah, y no se olviden de informar a la habitación 303 que hemos terminado por hoy, por favor. Buenas noches a todos ....

(Llega a la salida y se da la vuelta)

A propósito, cuando rellenen la ficha podrían añadir que recomendamos que se añada su nombre a la lista de “consideración favorable” en caso de que vuelva a solicitarla el próximo año.

(El Médico sale)

La Mujer. ¡Dios! Para que sea responsabilidad de otro. Debe ser una buena clase de médico .... No me gustaría ser una de sus pacientes.
El Psiquiatra. Sí. Una buena clase de médico .... Uno de los mejores .... Aunque nunca pasará de practicar la medicina general, nunca será un especialista .... ¿Y sabe por qué? Porque no está a favor del aborto en todas las circunstancias .... Porque cualquier forma de eutanasia ofende sus creencias religiosas más profundas .... A Vd. le parece que tiene mal genio ... que es insensible ... pero Vd. no sabe nada de su lucha por reconciliar su fe con el hecho de que por ley tiene que sentarse en uno de estos jurados.
La Mujer. Pero.... si ése es su sentir nunca hubiera debido firmar ese documento.
El Psiquiatra. ¿Quién sabe? ¿Y quién sabe cuántas veces se debe preguntar si tomó la decisión correcta? ¿Si este único año de traición a sus principios no ha borrado, a los ojos de Dios, todos los años de dedicación pasada y futura?
La Mujer. No sabía... No era consciente de ....
El Psiquiatra. No podía saberlo ¿Cómo hubiera podido? Vd. no ha trabajado con él ocho meses como yo lo he hecho. Y además, el mundo de la medicina es increíblemente pequeño. Se supone que los miembros de un jurado no deben conocerse .... Pero inevitablemente hay veces que uno ha oído hablar “de” otro ...

(Recoge sus cosas)

De todos modos, a veinte años del referéndum sobre la eutanasia, y todavía sin una verdadera solución. El jurado popular no funcionó ... Los jurados más profesionales tampoco están funcionando. Al final probablemente sean los ordenadores. Hace mucho tiempo era Dios quien hacía y deshacía. Era mucho más fácil de aceptar ¿Verdad?

(Se acerca a La Observadora y le da unos golpecitos en la espalda)

Anímese. La primera semana como Observador es siempre la más difícil. Venga, se va haciendo más fácil con el tiempo ... (A La Mujer) ... No le importa cerrar ¿Verdad?. Es que tengo bastante prisa.
La Mujer. No. Está bien. No hay nada que me haga tener prisa .... Ya no.
El Psiquiatra. Gracias. Pues, buenas noches y hasta mañana por la mañana.

(El Psiquiatra sale, La Mujer anota algo en una ficha, y conforme lo hace las luces del escenario bajan gradualmente, dejando a La Observadora en un charco de luz.)

La Observadora (Levantándose de la silla). No puedo hacerlo .... Sé que no puedo.
La Mujer (Uniéndose a La Observadora bajo el foco de luz). Claro que puede.
La Observadora. Vida y muerte, y sólo unos minutos para decidir .... No puedo.
La Mujer. Personas como nosotras - debemos .... Es justo ¿no?
La Observadora. Yo no soy como Vd.
La Mujer. Vd. juró ¿no? Tomó juramente igual que yo.
La Observadora. Sí, pero ....
La Mujer. ¿Entonces por qué tiene que ser distinta? Vd. estuvo ante un jurado y les pidió que se deshicieran de alguien, ¿verdad?
La Observadora. Pero no fue así ... Vd. lo hace sonar monstruoso ... Me rogó que lo hiciera .... Me lo rogó.
La Mujer. Juró por el Dios Todopoderoso, ¿verdad? ... Entonces, será mejor que vuelva a repetir ese juramente ¿No le parece?
La Observadora. No puedo ... (Débilmente) ... No me acuerdo.
La Mujer. ¡Que no se acuerda!

(Coge a La Observadora por el brazo y la zarandea)

... Como si yo no supiera que las mismísimas palabras se queman en su cerebro .... ¡Venga, jure!
La Observadora. Lo juro .... Lo juro por Dios Todopoderoso ... que si ... que si ....
La Mujer. Continúe.
La Observadora. Que si ... mi solicitud a este ... a este jurado es admitida, yo, cuando me toque, serviré cuatro semanas en éste o cualquier otro jurado ... cuando se me convoque para ello ....

(Se levantan y se miran)

La Mujer. Y esta ....
La Observadora. Y esta es ... la verdadera justicia.

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